El Dr. Horacio Garmendia Ortiz, pediatra de la Beneficencia Española de Tampico explica sobre el virus de la Hepatitis A, sus síntomas y como evitarlo.
La hepatitis es una inflamación del hígado que puede ser causada por diferentes tipos de virus. Los más comunes son los virus de la hepatitis A, B y C, cada uno de los cuales tiene características y vías de transmisión distintas. Es fundamental entender estos tipos de hepatitis para prevenir su contagio y reducir su impacto en la salud pública.
Hepatitis B y C: Riesgos y prevención
La hepatitis B es una enfermedad que se transmite principalmente por el contacto con fluidos corporales contaminados, como sangre, semen o agujas infectadas. Este tipo puede causar infecciones agudas o crónicas, y en algunos casos, puede llevar a complicaciones graves como cirrosis o cáncer de hígado. La prevención de la hepatitis B incluye evitar compartir agujas y el uso de medidas de protección en relaciones sexuales.
Por otro lado, la hepatitis C se transmite mayormente por el contacto directo con sangre contaminada, como en el caso del uso de agujas no esterilizadas. A diferencia de la pasada, no existe una vacuna disponible para la hepatitis C, lo que hace que la prevención sea aún más crucial. Los avances en los tratamientos antivirales han mejorado el pronóstico de las personas con hepatitis C, pero la detección temprana sigue siendo clave.
Hepatitis A: La más común en niños
La hepatitis A, en cambio, es la más frecuente en niños y su transmisión está relacionada con la falta de higiene. Esta se propaga a través de la vía fecal-oral, lo que significa que el virus puede ser ingerido al entrar en contacto con sangre, heces o alimentos contaminados. Los alimentos que suelen estar implicados en la transmisión de la hepatitis A incluyen frutas, verduras, mariscos, agua y hielo contaminados.
Los síntomas de la hepatitis A, que suelen manifestarse entre 15 y 40 días después de la exposición, incluyen fiebre, náuseas, vómitos, diarrea, pérdida de apetito y malestar general. Aunque la mayoría de los casos son leves y los pacientes se recuperan en unas semanas, es importante estar atentos a la ictericia, un síntoma menos común que afecta solo al 10% de los pacientes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La ictericia provoca que la piel y los ojos tomen un tono amarillento.
Tratamiento y prevención
No existe un tratamiento específico para esta enfermedad, por lo que el manejo de los síntomas se enfoca en controlar la fiebre, mantener al paciente hidratado y proporcionar vitaminas cuando sea necesario. Afortunadamente, los síntomas suelen desaparecer de manera gradual y la recuperación es completa en la mayoría de los casos.
La vacunación es una herramienta esencial para prevenir la hepatitis A. Esta vacuna se administra habitualmente alrededor del primer año de vida y ofrece una protección duradera contra el virus. Sin embargo, además de la vacunación, es fundamental mantener una buena higiene personal y garantizar que los alimentos sean manipulados y preparados de manera segura para evitar la propagación del virus.
Conclusión: La importancia de la prevención de esta enfermedad
La hepatitis en sus diferentes formas es una amenaza significativa para la salud, pero muchas de sus complicaciones pueden evitarse con las medidas preventivas adecuadas. Vacunarse, evitar el contacto con sangre y fluidos corporales contaminados, y garantizar la higiene en la preparación de alimentos son pasos cruciales para reducir la propagación de estas enfermedades. Además, concienciar a la población sobre los síntomas y las vías de transmisión de la hepatitis es clave para lograr un control eficaz y mejorar la salud pública.
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