El Día del Prematuro no es sólo una fecha conmemorativa: es un reconocimiento profundo a esos bebés que llegan al mundo antes de tiempo y que, aun con una fragilidad evidente, libran batallas médicas día a día. Para el neonatólogo Alfonso Marín, esta conmemoración simboliza un homenaje a quienes enfrentan el reto de sobrevivir con una fuerza admirable desde su primer respiro.
Cuando la vida llega demasiado pronto: un caso que inspira
Recientemente en el hospital se atendió a un par de gemelos prematuros de apenas 24 semanas de gestación, con todas las complicaciones que implica un nacimiento tan temprano.
Su estancia hospitalaria se extendió durante casi tres meses, hasta alcanzar las 36 semanas corregidas, contra todos los pronósticos, ambos pequeños fueron dados de alta en buen estado, un logro posible gracias al trabajo conjunto del hospital, el equipo de enfermería y los múltiples especialistas involucrados: neonatólogos, cirujanos pediatras, cardiólogos, neurocirujanos, oftalmólogos pediatras y el servicio de rehabilitación.
Este caso evidencia algo fundamental: la atención de un prematuro nunca es individual, sino un esfuerzo multidisciplinario donde cada especialista aporta para sostener la vida minuto a minuto.
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Las primeras semanas y el poder de la atención personalizada
En los bebés prematuros, todos los sistemas están formados pero inmaduros, esto los vuelve vulnerables a complicaciones como:
Problemas respiratorios por inmadurez pulmonar
Infecciones recurrentes
Hemorragias cerebrales
Insuficiencia renal
Enterocolitis
Fragilidad vascular
El doctor Marín explica que estos pequeños pueden cambiar “de un momento a otro”, por lo que la vigilancia continua y el acompañamiento cercano del equipo médico y de enfermería son esenciales para detectar cualquier alteración a tiempo.
La recuperación de un prematuro depende, en gran medida, de la observación constante y el cuidado personalizado, la coordinación entre médicos y enfermería permite que siempre haya un especialista pendiente del bebé, listo para actuar ante cualquier cambio. Es un modelo de atención integral donde la cercanía, la experiencia y la velocidad de respuesta pueden marcar la diferencia.
Tecnología y avances que cambian vidas
El doctor Marín recuerda que cuando inició su carrera, la neonatología carecía de muchas herramientas esenciales que hoy son clave para la supervivencia.
Entre los avances más importantes destacan:
Nutrición parenteral
Tratamientos para maduración pulmonar prenatal
Nuevos modos de ventilación ajustados a cada caso
Reanimación estandarizada
Catéteres especializados
Surfactante administrado directamente a los pulmones
Además, destaca que el hospital cuenta con equipos modernos como monitores avanzados, cunas térmicas, cámaras de fototerapia, CPAP y ventilación de alta frecuencia, incluso tecnología para enfriar el cerebro en casos de hipoxia severa.
Estos avances han permitido que bebés que antes no tenían oportunidad (como los de 24 semanas) hoy alcancen la supervivencia y se recuperen con una calidad de vida mucho mayor.
Historias que transforman y el futuro
Con más de 40 años de experiencia, el doctor Marín ha sido protagonista de la evolución de la neonatología local, relata que al llegar a Tampico, el área carecía de personal capacitado y del equipo adecuado.
Tras capacitar enfermería, solicitar equipamiento y enfrentar casos críticos, su compromiso ha sido constante: formar equipos, actualizar procesos y fortalecer la atención neonatal.
La neonatología sigue creciendo, con más especialistas formados y mayor acceso a información actualizada mediante congresos y capacitaciones.
Aunque en el sector público los recursos han disminuido, existen hospitales y servicios con tecnología avanzada y personal comprometido que continúan elevando el nivel de atención neonatal.
Prevención: la clave antes del nacimiento
El Dr. Marin insiste en que la prevención comienza con el cuidado prenatal, la vigilancia continua en el embarazo permite identificar riesgos como retraso en crecimiento, ruptura de membranas, infecciones, presión alta, reeclampsia o eclampsia e infecciones urinarias.
La detección temprana y la colaboración entre ginecólogo y neonatólogo ayudan a decidir si se debe prolongar o interrumpir el embarazo para proteger la vida del bebé y de la madre.
La esperanza en números y realidades
El 5–7% de los nacimientos son prematuros.
Y aunque las cifras se mantienen estables, lo que ha cambiado de manera notable es la supervivencia y la calidad del tratamiento.
Gracias a los avances, la mayoría de los bebés que antes no tenían un futuro posible hoy pueden salir adelante con rehabilitación y seguimiento adecuado.
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Para más información:
Dr. Alfonso Marín Gómez (833 241 23 92)
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