“Sabes que, mi papá es diabético, mi mamá es diabética ¿Voy a ser diabético?, no”
Esta frase resume una de las creencias más comunes en México. Pero como explica el Dr. Eduardo Adrián Fuentes Ruiz, especialista en Medicina Interna para el Podcast conversando desde la Bene, la genética no define tu futuro, tu entorno sí: tu alimentación, tu trabajo, tu actividad física y hasta tus horarios.
Hoy vivimos rodeados de factores que empujan hacia la enfermedad: comida rápida, porciones gigantescas —esas botellas familiares de 13 o 15 ml ahora convertidas en garrafones de 3 litros—, largas horas sentados y niños creciendo con obesidad desde edades tempranas.
El resultado: una verdadera epidemia silenciosa.
Medicina Interna: más allá de la consulta
El Dr. Fuentes aclara una confusión muy común: el médico internista es un especialista que atiende desde los 15 años hasta el final de la vida. Diabetes, hipertensión, trastornos tiroideos, enfermedades respiratorias, cardiovasculares… el internista no sólo atiende consulta: también cuida a los pacientes hospitalizados, críticos y con múltiples padecimientos.
Por eso, cuando se habla de diabetes, el internista es clave: no trata un número en la glucosa, trata un metabolismo completo.
Diabetes: entender la enfermedad para poder prevenirla
La diabetes no es solo “azúcar alta”. Es un desorden metabólico complejo que surge por dos pilares:
- Insuficiencia pancreática (el páncreas ya no produce suficiente insulina).
- Resistencia a la insulina (el “camioncito” que transporta glucosa no puede entrar a los almacenes del cuerpo porque los “guardias” no lo dejan pasar).
Cuando esto pasa, la glucosa se queda circulando en la sangre… y ahí empiezan los problemas.
La mayoría de los casos del 90 al 95% corresponde a diabetes tipo 2, que sí está relacionada con estilo de vida.
Prevenir sí es posible: el ejemplo del propio médico
El doctor lo dice con claridad:
Yo tengo papá diabético, mamá diabética… y no soy diabético.
¿La diferencia?
Dieta.
Ejercicio.
Hábitos reales de autocuidado.
No se necesita gimnasio ni rutinas extremas, 30 minutos de caminata diaria pueden disminuir glucosa, presión arterial y complicaciones metabólicas.
Las consecuencias que nadie quiere ver
No controlar la diabetes lleva a complicaciones:
agudas y potencialmente mortales: cetoacidosis, hipoglucemia grave
y crónicas, que deterioran la calidad de vida: retinopatía, neuropatía, problemas digestivos, mala circulación, amputaciones, anemia crónica…
La diabetes no afecta un órgano: afecta toda la vida.
Por eso el tratamiento es un traje a la medida, nunca una receta general.
Los famosos medicamentos para bajar de peso: ¿milagro o riesgo?
Hoy las redes sociales han popularizado fármacos como Ozempic o Mounjaro, creados originalmente para diabetes, pero aprobados también para control de peso en casos precisos.
Estos medicamentos —análogos de GLP-1—:
aumentan la secreción de insulina,
reducen la liberación de glucosa,
y queman grasa abdominal.
Además, generan saciedad porque ralentizan el vaciamiento gástrico y actúan en el cerebro para disminuir el apetito.
Suena perfecto.
Pero no lo es para todos.
El Dr. Fuentes lo advierte:
no funcionan igual para cada persona, no son para quien “quiere bajar para un evento”, y requieren valoración médica completa: peso, cintura, masa corporal, hábitos, enfermedades existentes y tratamientos previos.
Tomarlos porque “a la comadre le funcionó” es una receta para el desastre.
La diabetes no se combate con miedo, se combate con decisiones
La diabetes no está escrita en tu sangre.
Está escrita en tus hábitos.
La prevención real empieza con pasos pequeños:
moverse, comer mejor, acudir al especialista, cuestionar lo que consumimos y, sobre todo, entender cómo funciona nuestro cuerpo.
Porque la información la correcta y profesional puede salvar vidas antes de que aparezca la enfermedad.
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EP 7 Cáncer de Mama acompañamiento ante el diagnóstico








